"Saludar y ejecutar": La nueva generación de veteranos militares que influye en la política exterior de Trump

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El expresidente Donald Trump ha conformado un equipo de seguridad nacional con una nueva generación de veteranos militares, en su mayoría exsoldados de infantería y jóvenes oficiales que participaron en la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT). A diferencia de su primer mandato, donde optó por generales retirados, esta vez ha elegido a figuras que estuvieron en el frente de batalla y comparten su visión escéptica sobre las instituciones tradicionales.

Veteranos en el gobierno de Trump

Entre los principales nombres destacan el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el asesor de seguridad nacional Mike Waltz y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard. Todos ellos sirvieron en Iraq y Afganistán, pero ninguno proviene de la alta jerarquía militar. Esta elección refleja una estrategia de Trump para rodearse de funcionarios que compartan su postura sobre la política exterior y el papel de Estados Unidos en el mundo.

Un cambio de visión en política exterior

Los nuevos asesores han expresado su escepticismo sobre la intervención militar estadounidense en el extranjero. Durante una reciente reunión de la OTAN en Bruselas, Hegseth instó a Europa a asumir más responsabilidad en su propia seguridad y aumentar su gasto en defensa. Por su parte, Vance, en una conferencia en Múnich, minimizó la amenaza de Rusia y China y criticó a las democracias europeas por su rechazo a partidos de extrema derecha.

Críticas y respaldo

La designación de estos veteranos ha generado controversia. Algunos críticos argumentan que carecen de la experiencia estratégica necesaria para sus roles en el gabinete. Sin embargo, ellos defienden su conocimiento de primera mano sobre las consecuencias de las decisiones políticas en el campo de batalla. “Hemos visto el costo humano de estas guerras y sabemos lo que significa”, afirmó Gabbard.

El congresista Jason Crow, un ex ranger del Ejército, también resaltó la frustración de los veteranos con el sistema político. “Fuimos enviados a la guerra bajo falsos pretextos, y el sistema que debía supervisar esto falló repetidamente”, declaró.

Un equipo leal a Trump

Para muchos, la selección de estos veteranos representa un rechazo a las élites militares tradicionales y una garantía de lealtad a Trump. En su primer mandato, el expresidente se sintió frustrado con generales de alto rango como Jim Mattis y John Kelly, quienes intentaron moderar sus políticas. Ahora, ha optado por funcionarios que, según sus allegados, están dispuestos a "saludar y ejecutar" sus órdenes sin cuestionarlas.

El nuevo enfoque de Trump en política exterior marca un cambio significativo, con un equipo de veteranos que, lejos de las altas esferas militares, han experimentado en carne propia las realidades de la guerra y comparten su visión de un Estados Unidos menos intervencionista.

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