El presidente Luis Abinader encabezó la inauguración de la planta de tratamiento de aguas residuales del municipio Pimentel, en la provincia Duarte, una obra que pone fin a más de dos décadas de espera y que transformará la calidad de vida de miles de familias.
Con esta infraestructura, el Gobierno cumple una promesa largamente esperada por la comunidad, al garantizar condiciones sanitarias dignas y sostenibles para más de 14,800 residentes que por años convivieron con aguas residuales a cielo abierto.
Una obra que transforma vidas
El mandatario estuvo acompañado por el director ejecutivo del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), Wellington Arnaud, quien resaltó que este proyecto es “una muestra clara de cómo el Gobierno invierte en salud y bienestar para el pueblo dominicano”.
“Estamos sembrando salud y bienestar, ocupándonos de que cada peso sea invertido de forma eficiente, para mejorar la calidad de vida del pueblo dominicano”, expresó Arnaud.
La planta cuenta con nuevos desarenadores, lagunas anaeróbicas, secundarias y de maduración facultativa, además de un sistema de desinfección por cloro, garantizando un proceso completo de tratamiento y disposición final de las aguas residuales.
Compromiso con la transparencia y la eficiencia
Durante su intervención, Wellington Arnaud destacó que esta obra representa la nueva visión de gestión pública impulsada por el presidente Abinader, enfocada en la eficiencia, transparencia y sostenibilidad.
“Antes, se aplicaba el asfalto y luego se rompía para colocar las tuberías. Ahora, cada centavo del pueblo dominicano se ejecuta de manera eficiente, eficaz y transparente”, subrayó el funcionario.
Asimismo, enfatizó que esta planta, aunque no sea una obra visible, tiene un impacto social profundo, al eliminar focos de contaminación y prevenir enfermedades en la población.
Con la entrega de esta planta, el Gobierno reafirma su compromiso con el saneamiento ambiental, la salud pública y el desarrollo sostenible de las comunidades rurales del país.



