¿Por qué Estados Unidos no ha solucionado sus problemas de seguro médico?

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El reciente asesinato de un CEO del sector sanitario ha reavivado el debate sobre el sistema de seguros médicos en Estados Unidos. Este trágico suceso ha provocado una ola de indignación pública contra la industria de la salud, destacando una vez más las deficiencias de un sistema que prioriza los beneficios privados sobre el bienestar de los pacientes.

Un sistema que genera frustración

El caso de Luigi Mangione, acusado del asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, ha puesto en evidencia la frustración de muchos estadounidenses con su cobertura médica. Historias como la de una joven con cáncer enfrentando facturas médicas exorbitantes ilustran cómo el acceso a la salud sigue siendo un problema crítico en el país.

Según una reciente encuesta de Gallup, el 62% de los estadounidenses cree que el gobierno debería garantizar la cobertura de salud para todos, un aumento significativo con respecto a hace una década. Sin embargo, cualquier intento de reforma se enfrenta a una feroz oposición política, como ocurrió en 2010 con la Ley de Asistencia Asequible (Obamacare).

Satisfacción en declive

La insatisfacción con el sistema sanitario ha ido en aumento. Mientras que en 2013 el 54% de los estadounidenses estaba satisfecho con la calidad de la atención médica, en la actualidad solo el 44% mantiene esa opinión. La cobertura de seguros tampoco recibe buenas calificaciones, con solo un 28% de satisfacción, el nivel más bajo en más de dos décadas.

A diferencia de otros países desarrollados, Estados Unidos sigue dependiendo en gran medida de las aseguradoras privadas y los empleadores para proveer cobertura médica, dejando a millones de ciudadanos en situación de vulnerabilidad.

Un alto costo para una menor esperanza de vida

Estudios comparativos muestran que Estados Unidos gasta mucho más en salud que otros países desarrollados, pero sin los mismos resultados. La esperanza de vida sigue siendo menor en comparación con otras naciones ricas, afectada no solo por el sistema sanitario, sino también por factores como la violencia armada y el abuso de sustancias.

Los programas gubernamentales como Medicare y Medicaid intentan cubrir a los sectores más vulnerables, pero las deficiencias del sistema siguen siendo evidentes. Incluso las alternativas privadas, como Medicare Advantage, han sido criticadas por elevar costos y excluir a pacientes con necesidades médicas complejas.

Un tema ausente en la agenda política

A pesar de la insatisfacción creciente, la reforma del sistema de salud no ha sido una prioridad en la reciente campaña presidencial. La administración de Donald Trump aún no ha presentado un plan claro para abordar estos problemas, mientras que los demócratas han logrado avances limitados, como la reducción de costos de medicamentos bajo el gobierno de Joe Biden.

El debate sobre el seguro médico en EE.UU. sigue siendo un tema divisivo. Aunque la mayoría de la población apoya una mayor intervención del gobierno, la oposición política y los intereses privados continúan frenando cualquier cambio significativo.

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