La vicepresidenta representó al pueblo dominicano en una ceremonia histórica que reunió a líderes de más de 150 países.
República Dominicana presente en momento clave para la Iglesia católica
La vicepresidenta de la República Dominicana, Raquel Peña, participó este domingo en la solemne misa de inicio del pontificado del papa León XIV, celebrada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Su presencia destacó el compromiso del país con los valores de la fe católica y el respeto al nuevo liderazgo espiritual de millones de creyentes.
A través de sus redes sociales, Peña compartió su mensaje de esperanza:
“Que este nuevo tiempo traiga más esperanza, unidad y paz para toda la humanidad” – Raquel Peña
Acompañada de líderes mundiales y casas reales
La ceremonia reunió a más de 150 delegaciones oficiales, incluyendo a presidentes, primeros ministros, reyes y representantes de organismos internacionales. Entre ellos estuvieron:
- Presidentes latinoamericanos: Gustavo Petro (Colombia), Santiago Peña (Paraguay), Daniel Noboa (Ecuador), Xiomara Castro (Honduras)
- Líderes mundiales: Volodymyr Zelensky (Ucrania), Isaac Herzog (Israel), Joseph Aoun (Líbano), Andrzej Duda (Polonia)
- Representantes de EE. UU.: James David Vance (vicepresidente) y Marco Rubio (secretario de Estado)
- Monarcas europeos: Reyes de España y Bélgica, y el príncipe Alberto de Mónaco
La vicepresidenta dominicana tuvo también la oportunidad de saludar personalmente al papa León XIV en el interior de la Basílica de San Pedro, durante una recepción protocolar posterior a la misa.
Segunda visita oficial al Vaticano
Esta es la segunda visita de Raquel Peña al Vaticano en calidad de representante del Gobierno dominicano. En junio de 2022, sostuvo una audiencia privada con el entonces papa Francisco, en la que abordaron temas como el medioambiente, la paz global y el bienestar del pueblo dominicano.
Con esta nueva participación, la vicepresidenta reafirma el interés del país en mantener lazos cercanos con el Vaticano y la comunidad católica internacional, en un contexto de renovación espiritual y diplomática.
